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MICRODERMOABRASION
 
Los microcristales de óxido de aluminio (corindón) se proyectan sobre la superficie cutánea e impactan a presión, realizando suavemente la acción de exfoliar. La regulación de la potencia de aspiración y la velocidad de los movimientos de la sonda de aplicación sobre la piel permite precisar con exactitud la intensidad de la microdermoabrasión para adaptar el tratamiento a cada problema y a cada tipo de piel. Los resultados se hacen evidentes ya en la primera sesión, y el grado de satisfacción aumenta con el número de sesiones realizadas. El intervalo entre sesiones oscila entre 7 y 14 días y el número de sesiones a realizar varía en función del problema a tratar, pero como media se sitúa entre 6 y 10 sesiones.
FASE 1: Dermo-succión
La dermo-succión, aplicada en combinación con la microexfoliación, desencadena una reacción positiva que hace que la piel se regenere hasta las capas más profundas. Incrementa la circulación periférica, aportando un impulso de energía a la zona tratada y tonificando los tejidos. La piel recibe además un extra de oxígeno que activa el metabolismo cutáneo.
FASE 2: Microexfoliación
Con la microexfoliación se eliminan las capas superiores de la epidermis de forma progresiva y no invasiva para favorecer la regeneración cutánea. El resultado será el nacimiento de una nueva piel más fresca, saludable y elástica. Además, esta acción estimula la formación de colágeno, fundamental para la firmeza de los tejidos.
FASE 3: Cromoterapia-vibromasaje
Además, Maya Peel Butterfly incluye vibromasaje y cromoterapia. Los microimpulsos, por un lado, estimulan y aceleran la regeneración celular, por otro, favorecen la penetración de producto hasta las capas más profundas. El uso de la cromoterapia azul calma y relaja los tejidos, siendo un punto final de la sesión ideal.
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